Sitios sagrados
"Cuando me preguntaron que era un sitio sagrado para mí...me remití a contar este corto relato, que ha surgido a partir de una historia real, mencionada en un compartir, "un compartir de la palabra":
En un pequeño asentamiento, inmerso en el más maravilloso de los valles, el Valle de Sibundoy (Uaman Tabanok), en un día normal en el que los primeros rayos del sol tocan la frente de quiénes labran la tierra, cosechan y siembran sus alimentos, cuidan de sus familias y sus animales; las miradas de los habitantes se cruzan con las de un grupo de "visitantes", quienes han llegado con un fin a esas lejanas tierras, conocer los sitios sagrados presentes en este majestuoso territorio en el que cohabitan indígenas, no indígenas y su historia.
Quien los guía, es un hermano indígena, conocedor de caminos quien alimentado por la espiritualidad tiene como propósito enseñar algo diferente a sus "visitantes"; quienes con espíritu de aventura emprenden sus pasos con el ánimo de conocer.
Él les indica un estrecho camino que deben seguir para subir la montaña, al paso de las horas cuando sienten que el cansancio ya fatiga sus cuerpos, los caminantes preguntan sí se encuentran cerca de los lugares que ellos buscan, el guía les hace saber que solo desde la cima los podrán observar...entonces, continúan con la marcha.
Estando en lo más alto, los caminantes se observan así mismos con asombro pues a su alrededor no encuentran ninguna señal que les indicará (como en otros casos) que estaban en el lugar correcto, se dirigen al guía haciéndole saber que se sienten inconformes, pero el sabio caminante, se dirige a ellos y les dice:
"Observen a su alrededor...
todo cuanto pueden observar y más allá de lo que no se observa es un sitio sagrado...
Un sitio sagrado va más allá de un punto o un espacio de dimensiones precisas,
es un legado de vida, en el que a diario se entretejen sueños, el compartir con la naturaleza, el agua, la tierra, con cada ser espiritual, mineral, animal y vegetal, en el que nos conectamos con la vida, con nuestras costumbres y pensamientos.
Incluso un sitio sagrado, va más allá de aquellos limites que configuran sus montañas, es un sitio que llevamos a donde vayamos, que nos cobija con amor y merece respeto,
por eso hoy, como sitio sagrado, les comparto "nuestro territorio".
El grupo de caminantes con asombro y respeto, tratan de entender sus palabras y agradecen al guía por compartirla con ellos.
...Y así, pasan los días en este poblado que continuando con sus actividades diarias aún se cruzan con caminantes que llegan con un fin, conocer los sitios sagrados.
Buscamos compartir estas palabras, para que alimentemos nuestras perspectivas desde lo espiritual y consideremos en todo accionar cotidiano, colectivo o desde el frente ambiental, social, político y/o económico, al sitio sagrado que nos cobija y del que somos parte, que como ser de vida merece un accionar de protección, respeto y cuidado.
Angela Sigindioy